Estrés oxidativo y su influencia en la salud
- Edurne Barba
- 6 feb
- 2 Min. de lectura

¿Qué es el estrés oxidativo?
El estrés oxidativo ocurre cuando hay un desequilibrio entre la producción de radicales libres y la capacidad del cuerpo para neutralizarlos mediante antioxidantes. Este estado puede provocar daño a las células, proteínas y ADN, contribuyendo al envejecimiento y al desarrollo de diversas enfermedades.
¿Cómo se genera?
Los radicales libres son moléculas altamente reactivas que se producen de forma natural en el cuerpo durante procesos metabólicos normales, como la respiración celular. Sin embargo, ciertos factores aumentan su producción:
Factores internos:
Procesos inflamatorios.
Metabolismo acelerado o alterado.
Factores externos:
Exposición ambiental: Contaminación, radiación ultravioleta (UV) y humo de cigarro.
Dieta poco saludable: Alta en grasas trans, azúcares refinados y alimentos ultraprocesados.
Estrés psicológico: Aumenta la producción de radicales libres.
Uso de sustancias químicas: Exposición a pesticidas, productos químicos y metales pesados.
Ejercicio físico excesivo: El sobreesfuerzo genera un incremento en los radicales libres.
¿Cómo afecta a la salud?
Cuando los radicales libres no son neutralizados, pueden causar daño oxidativo a las células, desencadenando o acelerando los siguientes problemas de salud:
Envejecimiento prematuro:El estrés oxidativo daña la piel y acelera el envejecimiento celular.
Enfermedades crónicas:
Enfermedades cardiovasculares: Afecta las paredes de los vasos sanguíneos, favoreciendo la arteriosclerosis.
Cáncer: El daño en el ADN aumenta el riesgo de mutaciones celulares.
Diabetes: Contribuye al daño en tejidos y complicaciones como neuropatía y retinopatía.
Enfermedades neurodegenerativas: Relacionado con el desarrollo de Alzheimer y Parkinson.
Sistema inmunológico debilitado:Reduce la capacidad del cuerpo para combatir infecciones.
Inflamación crónica:El estrés oxidativo perpetúa la inflamación, exacerbando condiciones como artritis o enfermedades autoinmunes.
¿Cómo podemos evitarlo?
1. Alimentación rica en antioxidantes:
Los antioxidantes neutralizan los radicales libres, reduciendo su efecto dañino.
Frutas y verduras: Bayas, uvas, espinacas, brócoli, zanahorias y pimientos.
Grasas saludables: Aceite de oliva, aguacate, semillas y nueces.
Alimentos ricos en polifenoles: Té verde, cacao y café (en moderación).
Vitaminas y minerales: Vitamina C (cítricos), vitamina E (almendras, semillas) y selenio (nueces de Brasil).
2. Evitar agentes externos dañinos:
Limita la exposición al sol sin protección adecuada.
Evita el tabaco y reduce la exposición a contaminantes.
Opta por productos de limpieza y cuidado personal libres de químicos agresivos.
3. Hidratación adecuada:
El agua ayuda a eliminar toxinas y productos de desecho del metabolismo celular.
4. Control del estrés:
Prácticas como meditación, yoga y técnicas de respiración reducen la producción de radicales libres asociados al estrés.
5. Actividad física moderada:
El ejercicio regular y moderado fortalece el sistema antioxidante del cuerpo. Evita los entrenamientos excesivos sin recuperación.
6. Suplementos antioxidantes (cuando sea necesario):
Coenzima Q10, resveratrol, astaxantina o glutatión, siempre bajo supervisión médica.
7. Evitar alimentos ultraprocesados:
Sustituye alimentos altos en azúcares y grasas trans por opciones naturales y frescas.
Recuerda que la salud se practica día a día...
Gracias NaturaGeo